Durañona: sobre sus clases sociales

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En Durañona hay siete clases sociales. El gobierno, siempre que puede, recalca la urgencia de redistribuir la riqueza y achicar la brecha que separa los extremos de la pirámide. Promete incesantemente la pronta creación del Ministerio del suruflo, que se responsabilizaría de articular los medios para acercar el preciado alimento a todos los ciudadanos, y así apalear las carencias alimentarias. Sin embargo, consciente de que las condiciones para una redistribución más equitativa aún no están dadas, ha instaurado mecanismos para posibilitar la movilidad entre clases: una vez a la semana, en el Ministerio de Economía, practican un sorteo mediante el cual un ciudadano de cualquiera de las cuatro clases más bajas puede ascender uno o a veces dos peldaños. De este modo, insiste el oficialismo, la movilidad social es una realidad indiscutible.
Desde el inicio del sistema, la oposición lo ha tachado de perverso, tendencioso y distorsivo. Con el objetivo de subsanar sus carencias, propone aumentar los sorteos a dos por semana. El oficialismo insiste en que es un argumento populista y caprichoso, imposible de ser instaurado de modo sustentable en el actual escenario.
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4 comentarios:

Anónimo dijo...

tuve acceso parcial al comunicado del jefe de la oposición, q mañana será titular de los matutinos más importantes tal como el clarinete y la nazioneta. En dicho comunicado el ingeniero maurice sanchez de thompson erquiaga se propone dejar al descubierto aquellos métodos q el gobierno utiliza, los cuales considera obsoletos.
Fuentes allegadas al ingeniero me acercaron una copia de la carta y en riguroso OFF de RECORD me confiaron la propuesta para ejecutar la movilidad social de manera eficiente: ESCALERA MECÁNICA

desde el otro lado del charco informó ciru, para CNN... en español

DrVicious dijo...

Me tocó el 32... que hago?

malditas musas dijo...

Yo gané... un descenso social.

:(
musa

Urs Rocambouche dijo...

El cuñado de un amigo vivió un tiempo en Durañona... perteneció a todas las clases sociales y ahora, dicen, entro en Nirvana, el estado, claro...