Crisis, decisiones y cambios.

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–Las cosas ya no son como antes.
–...
–¿Te acordás cuando nos pasábamos horas en la cama, desnudos, soñando con un futuro tranquilo, con ver a nuestros hijos crecer felices, con los nietos que nos acompañarían en la vejez?
–...
–¿Te acordás cuándo volver a casa no era como ir al infierno?
–...
–¿Me vas a decir que no pensaste en eso?
–Sí, claro, claro que lo pensé... pero es difícil aceptarlo.
–Tenemos que dar el paso, si nos abandonamos a la desidia nos vamos a enterrar de a poco.
–¿Estás... hablando de divorcio?
–Sí.
–...
–¿Vos no sentís que algo se agotó?
–Últimamente cada vez más.
–¿Entonces?
–Tenés razón, claro que tenés razón. Pero es difícil.
–Lo mejor es enfrentarlo, ¿no?
–Supongo... ¿Cuándo se lo vas a decir a tu marido?
–Hoy mismo, en cuanto lo vea en casa.
–Bueno, hoy lo hablo con mi mujer, entonces.
–...
–¿Te alcanzo?
–No, prefiero caminar. Mañana nos vemos en el lugar de siempre, ¿no?
–Sí... sí, en el lugar de siempre, a la hora del almuerzo.
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