El futuro sin patria

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–¿Sabés lo que pasa? Me pregunto por qué. Todo el día lo mismo: ¿Por qué me fui de Buenos Aires? ¿Por qué me fui de Madrid? ¿Por qué me fui de Barcelona? ¿Por qué me vivo yendo? ¿Por qué nunca estoy en ningún lado? Me tiré media vida escapándole a los sueños y la otra mitad soñando conocerte. Cuando te conocí, pensé que vos serías mi patria y ya está. ¿Entendés? Ni Argentina, ni España, ni la literatura, ni la lengua, ni los amigos: todo eso, siempre, había sido mentira. ¿Y por qué, de nuevo, estoy en ningún lado? ¿Por qué estoy tan lejos otra vez? ¿Y mañana qué? ¿Existe mañana? Quiero jugar a que no, quiero jugar a que el futuro no existe y que mi patria son dos o tres buenos libros y tus caderas. Pero al final, no hay patria. El tiempo se va comiendo todas las patrias y si existe el tiempo existe el futuro. ¿Entendés lo que quiero decir? El futuro sin patria. ¿Te das cuenta la angustia que eso me produce? ¿Podés concebir la magnitud de mi cagazo?
–Roberto, hoy he visto una oferta por un televisor de plasma de 64 pulgadas. De esos bien delgados, como a ti te gustan.
–¡64! Son como diez más que la que tiene la nuestra.
–Y se puede pagar en doce cuotas sin intereses.
–¡Sin intereses! Es buenísimo, ¡doce cuotas sin intereses!
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2 comentarios:

malditas musas dijo...

un resumen doloroso sobre el paso del tiempo en un no lugar.

bss
m.

Anónimo dijo...

Llegó un momento en donde me empecé a estremecer de tal forma que casi se me pianta un lagrimón. Justo en ese instante aparece la imagen de un televisor que vendría tan bien para el living de mi casa... Y en doce cuotas sin intereses!
saludos
caro