Rastros

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Durante un brevísimo instante, la olvidó. Una felicidad arrasadora le hizo sentir como si el mundo se abriese de par en par.
Pero la sensación se desdibujó rápido.
Respiró profundo, tratando de revivir aquel momento; ahora quedaban apenas rastros de la euforia.
Y pensó en llamarla para compartir con ella esa sensación de plenitud.
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2 comentarios:

malditas musas dijo...

genial

(¿vos tenés un master en narradores contradictorios, no?)

bss
m.

La Morsa a la Deriva dijo...

Gracias, Musita, sos un angel.
Y no, las contradicciones son mías, los masters son ajenos.