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El escritor revisa una vez más su novela. Se asombra al leer entre líneas una minuciosa interpretación de un mundo que intuye complejo.
Suspira.
Nunca se había propuesto plasmar aquellas ideas en una novela. Si quisiera explicarlas, no le alcanzaría con una vida. Y sin embargo, ahí están, clarísimas, ordenadas. Aunque reconoce que sólo él es capaz de descifrarlas de esa maraña de palabras que en apariencia cuentan apenas una historia.
No sabe si sentirse satisfecho o frustrado.
Por lo pronto, se siente muy solo.
El escritor revisa una vez más su novela. Se asombra al leer entre líneas una minuciosa interpretación de un mundo que intuye complejo.
Suspira.
Nunca se había propuesto plasmar aquellas ideas en una novela. Si quisiera explicarlas, no le alcanzaría con una vida. Y sin embargo, ahí están, clarísimas, ordenadas. Aunque reconoce que sólo él es capaz de descifrarlas de esa maraña de palabras que en apariencia cuentan apenas una historia.
No sabe si sentirse satisfecho o frustrado.
Por lo pronto, se siente muy solo.
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4 comentarios:
Y a veces ni se siente, incluso algunos ni se sientan, esos son los más contracturados.
"Mi padre me dijo que lo importante era no apresurarse a publicar, y si al final me iba mal, que me pusiera una carnicería"
Los Grandes escritores alguna o muchas veces se han sentido solos; los pequeños también.
Los críticos literarios, los exegetas, los traductores, sí: se han sentido solos; los lectores también. Los pilotos de avión, los monjes de claustro, los taxistas... ellos también se han sentido solos. Los profesores universitarios, los profesores de escuelitas, los estudiantes, las misses universos, acaso no se habrán sentido solos también?
No es el cómo, Valentrinity, es el por qué.
Decile a este escritor que nosotros estamos muy cerca, que no se librará tan facilmente de nuestras soledades, o de nosotros.
abrazos
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