Culpa

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Vio las verdes praderas, el río caudaloso que las quebraba, los árboles recios, y soñó allí un imperio de cemento y piedra, de millones de hombres desaforados, de altas torres de cristal. Se descubrió ruin por su sueño desmedido, pero más por saberse dispuesto a avanzar imparable hasta concretarlo. Y se dijo que un hombre con tamaña ambición no merecía vivir en otro lugar que en una cárcel oscura, de hormigón e indiferencia. Sólo le restaba construir la ciudad con orgullosa culpa y pagar en ella el haberla soñado.
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4 comentarios:

V a l e n t r i n i t y dijo...

creo, que esto es un plagio. Juraría haber leido este cuento, firmado por una chilena.

La Morsa a la Deriva dijo...

Hay quienes dicen que la Morsa es una señorita chilena, otros aseguran que la Morsa es un argentino bien viril, pero que no escribe, que es un titiritero, que tiene un sótano lleno de chilenas que escriben sus microrrelatos. Según estas versiones, a veces alguna chilena se escapa del sótano y difunde alguno de esos textos. Quiero dejar claro que estas son versiones infundadas, habladurías de chilenas que se han escapado de algún sótano de quién sabe dónde...

malditas musas dijo...

jajaja, sus discusionnes son un blog aparte... ¿podemos comentar también las discusiones y linkearlas?

texto: señor morsa, me encanta la idea de sus chilenas. Felicítelas de mi parte.

Saludos
musaracha

elruffa dijo...

volviendo a lo serio. creo que la gente que sueña de esa manera solo se arregla con un autodisparo en la capocha, pero siempre antes de que vuelva a soñar.