Teólogo

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Siete décadas leyendo y releyendo el Libro Sagrado, porque allí se cifraba el desconocido Nombre de Dios. Siete décadas leyendo y releyendo el mundo, porque sus valles, montañas y ríos predecían o repetían las líneas del Libro Sagrado.
(Porque el mundo era el Libro, porque el Libro era el mundo).
Y un segundo antes de expirar el último hálito, supo que había comprendido al mundo, al Libro, a Dios. Y con ése último suspiro, sus labios modularon El Nombre: Rodolfo.

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9 comentarios:

Urs Rocambouche dijo...

Rodolfo... así también se llamaba un perro viejo que mal vivía en las calles de Banfienld. Sino recuerdo mal, también así se llamaba un cuñado de Santiago. Pensar que todos lo teníamos tan cerca... tendríamos que haber sido cabalistas, también caballeros, y, porque no, cabareteros. Pero sólo somos un puñado de incertidumbres con crueles deseos pecuniarios.

La Morsa a la Deriva dijo...

Rocambouche, Dios es Rodolfo, sí, pero ¿Rodolfo es Dios? Quiero decir, ¿todos los Rodolfos son Dios? ¿Dios es un Rodolfo, pero no todos? Pero si Dios es todopoderoso, ¿no está en todos los Rodolfos? ¿no era también el perro sarnoso? Pero entonces ¿mi ex cuñado Rodolfo era Dios? La angustia metafísica estresa. Me voy a comer un sanduche de mondiola, a ver si me distraigo un poco.

Urs Rocambouche dijo...

Yo creo que en la suma de todos los Rodolfos está la esencia de Dios. Deberíamos orgnizar una Búsqueda Santa y cortar las cabezas de todos los Rodolfos, mezclar las diferentes sangres y utilizar el resultado de esa mixtura como chimichurri. Luego, seremos dioses.

La Morsa a la Deriva dijo...

Yo estoy de acuerdo con el espíritu de su propuesta, Rocambouche, aunque creo que podemos pulirla: con esa sangre podríamos hacer la Morsilla Sacra. Tal vez, el Grial sea eso, ni más ni menos: una morsilla preparada con la sangre de todos los Rodolfos del mundo.
El chimichurri, que sea el de siempre, para acompañar la tira de asada, que deglutiremos ya elevados al nivel de grandes maestros morsilleros.

Urs Rocambouche dijo...

La Orden de la Morsilla Sacra persigue, denodadamente, aquel vocablo perdido en las ruinas de la antigua ciudad de Carcagó. Un pergamino añejo revela la ubicación de la tumba del profeta Rodolfo, dentro de la tumba, otro pergamino, dentro del pergamino, otra ubicación de una tumba, en esa última tumba, la primera letra del vocablo perdido. Hacia allí iremos, intentaremos llegar. Hasta la Victoria puede.

malditas musas dijo...

Sí, yo lo conozco a ese Dios. Le dicen Fito y nació en el 63'

Cuando era Testigo de Jehová las morcillas de Dios hubieran sido condenadas no con el infierno (porque no se cree en él) sino con la tierra... Qué miedo

bss
:)

V a l e n t r i n i t y dijo...

Me sumo a la congregación de la Morsilla Sacra, pero no para imbocar un nombre olvidado, sino para probar las hostias que preparará la Musa.
salve aleluya

Urs Rocambouche dijo...

Querida Morsa, querido Hermano... como verá, se nos han sumado dos sacerdotisas de primer nivel. ¿Lo de ser cafiolos y dominar el mundo a través de las ganancias de los prostíbulos, aquella Arlteada tan mentada, sigue en pie? Porque acá veo una oportunidad, eh. Amen.

La Morsa a la Deriva dijo...

Yo creo, Z, que al final, todo es intentarlo.
El no ya lo tenemos.
El futuro es triunfalmente nuestro.