Error de cálculo

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Cruzó su pierna derecha sobre la izquierda, como cada vez que decidía contemplar la puesta de sol. Pero algo salió mal y sintió como si los testículos le estallasen. De inmediato, se cagó en Dios, en todos los santos y en la sagrada hostia. Y entendió que había tirado por la borda mucho más que catorce años de voto de silencio.
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4 comentarios:

malditas musas dijo...

Muy visceral, mi amigo ¿es autobiográfico?

:)
musa

Anónimo dijo...

¿Che el tipo ere un huevon??
¿O alguna mina o algún político se los hinchó.
Firma Miravos

Anónimo dijo...

uff, qué dolor de...

y como todo tiene q ver con todo, ¿la morsa ha visto las noticias q llegan desde argentina en las cuales "ruralistas" y "jóvenes K" disputan carpas blancas delante del honorable congreso de la nación?
en caso de respuesta afirmativa, este relato estuvo inspirado con el toro inflable rural y los huevos kirchneristas?

y en nombre de este sentimiento de haber excedido el límite de su confianza, morsa, este cuerpito se retira.

el ciru

Urs Rocambouche dijo...

¿Por qué este sujeto habrá tomado votos de silencio? No tiene pinta de cura... por lo menos para mí, entonces, el relato toma maravillosas dimensiones: un simple movimiento de piernas y aquél voto de silencio... ¿pero qué carajo callaría? Ves, de ahora en adelante me costará un huevo seguir viviendo, sobre todo porque sé que la Morsa jamás me revelará ese silencio.