Gaucho malentendedor

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Fueron pocas las palabras que le dijo esa voz. Fueron dos palabras, nomás. Y las dos iguales. Gaucho bruto, eso pasa por sobrestimarte, pensó la voz. Pero lo pensó tarde. Lo pensó al verlo con las manos enchastradas con la sangre de su china. Te fuiste al carajo, gaucho. Pobre china, gaucho idiota, pensó la voz. Y se sentía un poco culpable, la voz. Y juró nunca más, pero jamás de los jamases, rogarle con esa insistencia que le convidara un mate.
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1 comentario:

malditas musas dijo...

¿Me das un mate lavadito de muerte?

Gracias.

(Muy bueno, che)
Musa