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–Doctor, necesito que me estirpe a esa mujer o a su recuerdo o a su fantasma. Sáquela de ahí, por favor.
–Lo siento: esa mujer ha hecho metástasis en su cerebro, en su hígado, en su corazón y en sus pulmones, en sus deseos que resisten a dejarse extinguir y en sus noches sin ella y en los ecos de los rituales que por cobarde se forzó a abandonar. Ahora, es tarde.
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–Doctor, necesito que me estirpe a esa mujer o a su recuerdo o a su fantasma. Sáquela de ahí, por favor.
–Lo siento: esa mujer ha hecho metástasis en su cerebro, en su hígado, en su corazón y en sus pulmones, en sus deseos que resisten a dejarse extinguir y en sus noches sin ella y en los ecos de los rituales que por cobarde se forzó a abandonar. Ahora, es tarde.
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2 comentarios:
Siempre se pueden sumar extrañezas, don morsa. Esto significa que podría ser peor, imagínese lo mismo pero x dos...
¿Usted le habla a la Morsa o al personaje del cuento?
En cuanto a lo que a la Morsa respecta, la Morsa declara:
–Efectivamente, no dejo de sumar rarezas en mi vida.
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